aquellos serán los que nosotros somos... pero más que curioso los impulsos son necesarios por su naturaleza de contrario. quiero sentarme derecha protegida del infinito no juzgada por ello... estrechar aun mas lo trivial para avanzar, por más que sea paso a paso por ese terreno. iluminada por la oscuridad de mi rincón, visible frente el paisaje en tu horizonte. sin borrar la huella de cada estación, sin hundirme en el charco de la lluvia. quemar hasta las yemas de mis dedos, para imprimir mi huella. pensar más en un posible yo y un posible tú, más que en aquellos. dar vuelta el espejo para encontrar un pasillo más. trepar el acantilado impuesto por ellos y enfrentarme al destino como misión. y no estar más solos como el olvido. si es la clave, la pieza que faltaba, la respuesta es la ocasión. eres tú tanto un desconocido llorando como el compadre de mis viajes hacia mi interior. ya no más vacío sin sentido. "De pronto la respuesta vislumbra el eco de una voz y busca en su elevación" -dijo aquel. Encontraremos la propia claridad, como esas astillas hundidas con que se anda sólo delante del vacío. Redespertar aquellos, para iluminar la ceguera, volcarlo bajo la luna juntos ya. entre frases de latidos y latidos de palabras, ella se entrega un gesto cargado. compartir la mirada en el espejo bajo el agua de un profundo mar. ¿significa todo ésto decir adiós, romperse y caer?-dijo aquel. aquella canta la misma canción desde aquí en el mismo estado en que se encuentra aquel. de inminencias y presencias paralelas, circunstanciales de igualdad se extienden manos aleteando como alas sin fuerza, desde ayer. creando memorias de bondad, cosechas de semilla hundido en la arena del volcán. más que sin disfraz, estan desnudos en el temblor de la propia creación. preguntar "¿Por qué al momento inminente de alzar las alas frente al vuelo, estas mismas de pronto desvanecen? y responder... por la respuesta, por el momento, por el destino. abrir los ojos en una cierta velada de sonrisas, miradas, y posibles respuestas que darán tanto la arena como el mar, y sábanas blancas sobre piel de sol y viento para sacar el aliento, sacudiendo aquellos que viejos algun día serán. así penetrarla, penetrarlo, hasta esconder lo iluminado. después para dejar aquellos con un nuevo ardor, quemarlos para dejarlos intactos. reflejarlos con ese fervor que creíamos que era simplemente reflejos desechos por otros, esa ella y aquel él. ¿Qué cosa es tu cuerpo? ¿Quién eres tú? sólo la luz en el vacío nos mienta la verdad.